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miércoles, 19 de agosto de 2009

PUESTOS LOS OJOS EN JESUS



"Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios" Hebreos 12:2

¿Has visto alguna vez a Dios con tus ojos? La Biblia dice que nadie ha visto a Dios (1 Pedro 1:8). Esto da pie a uno de los mas fundamentales principios que todo cristiano debe seguir: caminar por fe y no por vista (2 Corintios 5:7).

A lo largo de todas las escrituras, se nos insta a caminar por fe, creyéndole a Dios, teniendo cuidado de discernir todo de lo que nos rodea. Sin embargo, un viejo truco de enemigo es engañarnos a través de lo que ven nuestros ojos. "No todo lo que brilla es oro", es un dicho común; la misma Biblia dice que Satanás se viste como ángel de luz (2 Corintios 11:14). Eva fue tentada a través de sus ojos "y vio que era agradable" (2 Corintios 11:3) El rey David "vio" a Betsabe por la ventana. (2 Samuel 11:2) Pedro "al mirar las fuertes olas", cayó (Mateo 14:31) etc. A lo que vamos es que las más grandes caídas comienzan a través de lo que entra por nuestros ojos. El adversario aún con Jesús intentó usar esta técnica, pero falló (Lucas 4:6). Nuestras decisiones hermanos, no pueden basarse solamente por lo que ven nuestros ojos. ¿Cuántas veces hemos sido engañados por seguir lo que le gusta a nuestros ojos? Por ejemplo, ¿dónde nacen las compras compulsivas, los gastos innecesarios, y otras tentaciones? Y uno de los más grandes peligros es que CRISTIANOS, nacidos de nuevo, llenos del Espíritu Santo tomen sus decisiones de esta manera. El cristiano sigue a Dios por fe como lo hizo Moisés (Hebreos 11:24-27). No podemos tomar decisiones por vista. Eso es contrario a la fe "Es pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve"(Hebreos 11:1). No con esto queremos que desconfíes exageradamente de todas las cosas de la vida, sin embargo, los deseos de los ojos (2 Juan 1:16) son del mundo. Vivimos en tiempos peligrosos, y necesitamos ser cada vez más prudentes, no dejándonos llevar por lo que nuestros ojos desean.

Oremos: Padre, te pido en el nombre de Jesús que me ayudes y fortalezcas, para que no me deje llevar por lo que ven mis ojos. Enséñame a caminar día a día por fe, en el nombre de Jesús.

¡Dios les bendiga!
Amén

lunes, 3 de agosto de 2009

AMOR DE DIOS!!!



El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que leía:
"Cachorritos en venta".

Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un
niñito apareció en la tienda preguntando: "¿Cuál es el precio de los
perritos?"

El dueño contestó: "Entre $30 y $50". El niñito metió la mano en su
bolsillo y sacó unas monedas: "Sólo tengo $2.37... ¿puedo verlos?".
El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo
seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose
considerablemente atrás. El niñito inmediatamente señaló al perrito
rezagado que cojeaba.

"¿Qué le pasa a ése perrito?", preguntó.
El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo
que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida.
El niñito se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero
comprar!". Y el hombre replicó: "No, tú no vas a comprar ese
cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo". Y el niñito se
disgustó, y mirando directo a los ojos del hombre le dijo: "Yo no quiero
que usted me lo regale. El vale tanto como los otros perritos yo le pagaré
el precio completo. De hecho, le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos
cada mes hasta que lo haya pagado completo".
El hombre contestó: "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo.
El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos".

El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su
pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran
aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo: "Bueno, yo no puedo
correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo
entienda".
El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de
lágrimas... sonrió y dijo: "Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de
estos cachorritos tenga un dueño como tú".



No importa mucho cómo eres o cómo luces, pero sí que alguien te aprecie por
tu interior, te acepte y te ame incondicionalmente. Ese Alguien es Dios!