lunes, 25 de mayo de 2009
DESCANSANDO EN EL
Un padre llevó a su hijito por un paseo largo en el bosque. Como era pequeño le llevaba sobre sus hombros por mucho rato. Luego le puso sobre sus pies y le dijo que tendría que caminar hasta la casa. Al rato el pequeño lloraba porque estaba muy cansado, demasiado cansado para tomar un paso más.
El padre cortó un palito y lo limpió muy bien de toda astilla mientras el niño observaba. Al terminar, dijo: “Mira, hijo, te presento con tu propio caballito para que te lleve a casa.”
Encantado, el niño se montó sobre su “caballito” y felizmente llegó a su casa. Y en casa dio vueltas por todo el jardín hasta que tuvo que ir a bañarse y acostarse, ya rendido.
A veces nuestro Padre nos lleva y a veces nos deja caminar, y muchas veces creemos que ya no podemos más cuando alguien, movido por El, nos ofrece un caballito - una idea, una promesa, una canción nueva, un cariño, una oración intercesora, lo que sea, y sobre ese dorcel llegamos a la meta.
¿Necesitan un caballito? ¿Otro hermano está necesitando un caballito? Ofrezcámoselo con ternura, recordando nuestro propio cansancio a veces. Eso hace toda la diferencia para un pequeño hermano.
Aprendamos a identificar cuando esos caballitos de madera vienen por parte de Dios para entretenernos e impulsarnos para luego descansar en la noche con la satisfacción de habernos divertido con el caballito.
Exodo 33:14
Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.
Deuteronomio 25:19
Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no lo olvides.
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jueves, 21 de mayo de 2009
lunes, 18 de mayo de 2009
Dios espera nuestra Oración
Jane Welsh, la secretaria del ensayista escocés Thomas Carlyle (1795-1881), se casó con él y dedicó su vida tanto a su esposo como a la obra de éste. Él la amaba profundamente, pero estaba tan ocupado con su labor de escritor y orador que a menudo la descuidaba. Luego de algún tiempo de haber estado casados, ella enfermó y murió repentinamente.
Después de su funeral, Thomas fue solo a la habitación de Jane y al leer el diario encontró estas palabras que ella había escrito acerca de él” “Ayer él pasó una hora conmigo y fue como estar en el cielo. ¡Lo amo tanto!” Otro día escribió: “He estado atenta todo el día esperando escuchar sus pasos en el vestíbulo, pero ahora es tarde. Me imagino que no vendrá hoy”.
Al leer estas notas Thomas lloró destrozado al darse cuenta de que la había descuidado y cuánto ella había deseado tan sólo hablar con él.
Este relato me hace pensar que, Dios nos ama muchísimo y espera que tengamos comunión con él en todo momento, pero ¿cuántos días nos olvidamos de él?
El Señor recibe nuestra adoración, nuestra oración y nuestra alabanza. Él nos ha dicho en su palabra que oremos en todo tiempo (1 Tesalonicenses 5.17). Él está constantemente tocando a la puerta de nuestro corazón y espera pacientemente. Escucha atentamente a nuestro llamado, a nuestro clamor y a nuestra oración. ¿Cuántas veces él espera sin que nosotros le abramos la puerta? No descuides la oración, Dios desea escucharla y mejor aún, quiere contestarla.
“Busqué al Señor y él me respondió; me libró de todos mis temores”. Salmos 34.4
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viernes, 8 de mayo de 2009
jueves, 7 de mayo de 2009
Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista. Llegado el momento, se tiró el paño que velaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso.
Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía.
Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista: “¡Su puerta no tiene cerradura! ¿Cómo se hace para abrirla?“ El pintor tomo su Biblia, buscó un versículo y le pidió al observador que lo leyera:
Apocalipsis 3, 20:
“He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.”
”Así es”, respondió el pintor. “Esta es la puerta del corazón del hombre.” “Sólo se abre por dentro.”
Abramos nuestro corazón al amor de DIOS. Cambiemos, aún estamos a tiempo.
“Señor Jesucristo te amo y te necesito, ven a mi corazón y quédate allí por favor”
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viernes, 1 de mayo de 2009
Feliz Dia del Trabajador!!!
El trabajo es algo que Dios concibió para el hombre desde el principio, y se menciona en la Biblia como provisión de la sabiduría divina. La creación misma “trabaja” (Pr. 6:6–11). La realidad del trabajo como parte integral del esquema del plan divino para el hombre está implícita en el cuarto mandamiento. Pero la entrada del pecado hizo que el trabajo se convirtiese en afán en lugar de ser un gozo. El trabajo se ha convertido en carga en lugar de bendición y, aun cuando no es algo malo en sí mismo, ha perdido su verdadero valor. Se ha convertido en ocasión para pecar; se convierte en idolatría cuando se transforma en un fin en sí mismo. Para algunos se ha convertido en medio de explotación y opresión. Pero en la redención el trabajo vuelve a transformarse en medio de bendición. Desde el comienzo el cristianismo ha condenado la holgazanería, aun cuando para justificarla se haya invocado a veces la religión. Nuestro Señor, al trabajar como carpintero, ha santificado el trabajo común, y Pablo ofreció un ejemplo de trabajo honesto.- Dicc. Bib Certeza.
“El obrero es digno de su salario” (Lc. 10:7)
Dios bendiga a cada trabajador en actividad y se abran los cielos para que se reactiven nuevas actividades para los que hoy están desempleados. Amén
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